Acompañamos el reclamo de los y las matriculadas que prestan servicios en el sector de discapacidad

Los Fonoaudiólogos/as somos profesionales de la salud que trabajamos para mejorar la comunicación y la calidad de vida de las personas con alteraciones en la audición,  habla, lenguaje, voz y deglución.

En el área de discapacidad evaluamos, diseñamos y llevamos a cabo programas con el objetivo de habilitar, rehabilitar y proporcionar una mejor calidad de vida a los niños y adultos que atendemos.

Nos desempeñamos en escuelas, centros educativos terapéuticos, centros de salud y consultorios particulares.

Como profesionales especializados en la comunicación humana, nos dedicamos a escuchar y dar la palabra. Sin embargo, hoy queremos ser quienes la tomen y que se nos escuche.

Para ello, esta semana nos sumamos a otros profesionales que día a día comparten junto a nosotros la gran tarea de acompañar a las personas que atendemos y sus familias, con los que conformamos equipos interdisciplinarios de trabajo potenciando nuestras intervenciones.

HOY DETENEMOS NUESTRO ACCIONAR PARA QUE NUESTRA VOZ SE ESCUCHE

Como prestadores en el sector de discapacidad, nos encontramos con desafíos que no están relacionados con la particularidad de cada caso clínico.

Esos desafíos que nos ocupan tiempo y energía extra son:

• Tareas administrativas que le corresponden a las obras sociales y prepagas de las familias, y que nos han sido delegadas.
• Disparidad en la información y requisitos solicitados por las obras sociales y prepagas.
• Exigencias de algunas obras sociales y prepagas para que iniciemos la atención antes de autorizar las prestaciones, que luego no quieren abonar por no haber sido previamente autorizadas.

Además:

• A la fecha, muchas obras sociales y prepagas aún NO han autorizado prestaciones presentadas en diciembre de 2024.
• Se adeudan aún prestaciones correspondientes a 2024 en muchos casos.
• En otros casos, ni siquiera se ha iniciado el pago de 2025.
• El valor por sesión está muy por debajo del honorario mínimo colegial.
• Bajo porcentaje de aumento en 2024.
• El arancel actual es el mismo que en diciembre de 2024: $12.370,61 por sesión.

Como profesionales de la salud, nuestra vocación de servicio continúa firme, sosteniendo y financiando los tratamientos de cada persona que atendemos con la misma convicción de siempre.

Nos hemos formado durante años y seguimos capacitándonos porque sabemos que, sin conocimiento específico y actualizado, no podríamos abordar las intervenciones con la mayor ética profesional.

Sin embargo, la realidad nos atraviesa y nos golpea: NO podemos seguir financiando las prestaciones. No deberíamos hacerlo, porque nuestra responsabilidad es otra.

Con el pago recibido por el trabajo realizado, los prestadores deberíamos poder solventar nuestros costos fijos como:

• Pagar el alquiler del consultorio o el viático por traslado a domicilio.
• Pagar el monotributo e ingresos brutos.
• Pagar las recategorizaciones y contadores.
• Comprar materiales de trabajo e insumos necesarios para nuestra tarea.
• Abonar la cuota del colegio profesional.
• Actualizaciones profesionales (cursos, diplomaturas, jornadas, congresos, bibliografía, etc)
• Seguro de mala praxis.
• Reuniones con: equipos interdisciplinarios, equipos escolares; y familias.
• Realización de al menos: 3 informes al año para las o.s. y prepagadas; informes para renovar C.U.D; informe para la escuela (a veces dos en el año); e informe para médico de cabecera.

Nos dicen que “no hay plata” y que “no se puede gastar más de lo que se tiene”. Eso lo entendemos perfectamente. Por eso, los prestadores de Fonoaudiología decimos que tampoco podemos gastar más de lo que nos ingresa. Con los aranceles actuales, la demora en las autorizaciones y pagos que se efectúan 60 o 90 días después de haber facturado el mes trabajado, ya no podemos continuar.

Nos queda…

• Dar de baja todas las prestaciones no autorizadas, incluso si las personas están siendo atendidas o tienen su lugar reservado, impidiendo que otro lo ocupe.
• Dar de baja las prestaciones por las que aún no se comenzó a abonar el 2025.
• No renovar las prestaciones que no contemplen un aumento considerable que se aproxime, al menos, a los honorarios mínimos colegiales, en una primera etapa.

Si no hacemos algo, deberemos cerrar nuestros consultorios, y tanto niños como adultos dejarán de acceder a los tratamientos que necesitan.

Por eso solicitamos abrir el diálogo.

Ya no se trata de que ANDIS hable y nosotros escuchemos; ni de que los PRESTADORES hablemos y ANDIS no escuche.

Necesitamos conversar y llegar a soluciones posibles que nos involucren a todos. Necesitamos que cada uno asuma su parte: organismos gubernamentales, obras sociales, prepagas, familias y prestadores.

Creemos que juntos podemos construir una solución posible.